lunes, 4 de marzo de 2013

JOSE JUSTO CORRO

Nació en Guadalajara, en el actual estado de Jalisco, en 1794. Fue presidente interino de México del 27 de febrero de 1836 al 19 de abril de 1837. Murió en su ciudad natal el 18 de diciembre de 1864.

Fue diputado al Congreso Constituyente de 1824, gobernador de Jalisco del 22 de septiembre de 1828 al 1 de mayo de 1829, magistrado de la Suprema Corte y secretario de Justicia y Negocios Eclesiásticos en 1835. Al separarse Miguel Barragán de la Presidencia por motivos de salud, Corro fue designado presidente interino. Le correspondió poner en vigor la nueva Constitución redactada por los centralistas conservadores que ponía fin al sistema republicano federal. La nueva ley abrogó el voto universal y lo limitó a las personas que supieran leer y escribir; además, estableció el Supremo Poder Conservador, encargado de controlar al Ejecutivo, al Legislativo y al Judicial. Corro era excesivamente religioso, débil en la toma de decisiones y ajeno a los conocimientos militares, tan importantes en esa época de guerras. Al término de su gobierno se entregó a las prácticas religiosas con tanto afán que lo apodaron El Santo.

MIGUEL BARRAGAN

Nació en Valle del Maíz, San Luis Potosí, el 8 de marzo de 1789. Fue presidente interino de México del 28 de enero de 1835 al 27 de febrero de 1836. Murió en la Ciudad de México el 1 de marzo siguiente.

Miembro del ejército realista, en 1810 estuvo al lado de Calleja y Bustamante. Como coronel, secundó el Plan de Iguala. Fue encarcelado por oponerse a la designación de Iturbide como emperador; obtuvo su libertad al proclamarse la República. En 1824 se le nombró comandante general de Veracruz. El 18 de noviembre del año siguiente logró la capitulación de las fuerzas españolas atrincheradas en San Juan de Ulúa. Entre 1833 y 1834 fungió como ministro de Guerra en los gobiernos de Santa Anna y Gómez Farías. A finales de enero de 1835 ocupó la Presidencia en sustitución de Santa Anna. Como gobernante, sus mayores prendas fueron la honestidad y la austeridad. Le tocó conducir a la República del federalismo al centralismo. En febrero de 1836, mientras atendía los asuntos de la guerra de Texas, contrajo una terrible enfermedad que en pocos días lo llevó a la muerte.

ANTONIO LOPEZ DE SANTA ANNA


Nació en Jalapa, Veracruz, el 21 de febrero de 1794. Ocupó la Presidencia de México en 11 ocasiones: del 16 de mayo al 3 de junio de 1833, del 18 de junio al 3 de julio de 1833, del 27 de octubre al 15 de diciembre de 1833, del 24 de abril de 1834 al 28 de enero de 1835, del 18 de marzo al 10 de julio de 1839, del 10 de octubre de 1841 al 25 de octubre de 1842, del 5 de mayo al 6 de septiembre de 1843, del 4 de junio al 12 de septiembre de 1844, del 21 de marzo al 2 de abril de 1847, del 20 de mayo al 16 de septiembre de 1847 y del 21 de abril de 1853 al 12 de agosto de 1855. Murió en la capital del país el 21 de junio de 1876.
Inició su carrera militar como cadete en 1810. Combatió a los insurgentes en Texas y en Veracruz. En 1822 se levantó en armas proclamando la República. En 1829 derrotó al general español Isidro Barradas en Tampico; a partir de este suceso, se convirtió en el héroe nacional indispensable, aunque perdió la guerra más importante, librada contra Estados Unidos entre 1846 y 1848. Si bien ocupó 11 veces la Presidencia, en tiempo efectivo no sumó siquiera un sexenio. Aún así, durante los primeros 35 años de vida independiente de México, fungió como árbitro de los destinos del país. Como político careció de ideas y de principios. Durante su último periodo, sin embargo, se fijó la tarea de gobernar apoyándose en los más destacados conservadores de la época, encabezados por Lucas Alamán. A la muerte de éste, su gobierno derivó en una dictadura sin programa político, sometida a las veleidades de Santa Anna, entre ellas, el establecimiento de un boato imperial. La continua y tenaz oposición de los liberales desbocó en la Revolución de Ayutla en 1854, que en poco más de un año derrocó al dictador.

VALENTIN GOMEZ FARIAS

Nació en Guadalajara, actual estado de Jalisco, el 14 de febrero de 1781. Fue vicepresidente en ejercicio de la Presidencia del 3 al 18 de junio de 1833, del 3 de julio al 27 de octubre de 1833, del 15 de diciembre de ese año hasta el 24 de abril siguiente y, por último, del 24 de diciembre de 1846 al 21 de marzo de 1847. Murió en la capital del país el 5 de julio de 1858.
Fue integrante del primer Congreso mexicano en 1822 y del primer Congreso Constituyente en 1824, donde se destacó al lado de los federalistas. Fue secretario de Relaciones durante el gobierno de Manuel Gómez Pedraza. Electo vicepresidente de la República por primera vez en 1833, ocupó el poder debido a las frecuentes ausencias del presidente Santa Anna. Promovió importantes iniciativas tendientes a reformar el gobierno: intentó separar la Iglesia del Estado, abolir los privilegios del clero y del ejército, destruir el monopolio religioso en la educación y utilizar los bienes eclesiásticos para pagar la deuda pública. Dichas iniciativas provocaron el descontento de los conservadores y fueron detenidas cuando Santa Anna retomó las riendas del país. En una segunda etapa, entre 1846 y 1847, nuevamente procuró, inútilmente, realizar algunas reformas. En 1848 se opuso a los tratados de paz con Estados Unidos. Participó en el Congreso Constituyente de 1857.

MANUEL GOMEZ PEDRAZA

Nació en Querétaro el 22 de abril de 1789. Fue presidente constitucional de México del 24 de diciembre de 1832 al 31 de marzo del año siguiente. Murió en la Ciudad de México el 14 de mayo de 1851.
Como oficial realista, participó en la captura de Morelos y obtuvo el grado de teniente coronel en 1815. Fiel a Iturbide, se sumó al Plan de Iguala. Fue comandante en la Huasteca, jefe de la plaza de México y gobernador y comandante militar del estado de Puebla en 1824. Fue ministro de Guerra y Marina durante el gobierno de Guadalupe Victoria. En 1828 fue electo presidente; sin embargo, el levantamiento de Vicente Guerrero —quien en complicidad con el Congreso asumió el poder—, impidió que tomara posesión. A finales de 1832, en la hacienda de Zavaleta, Antonio López de Santa Anna y Anastasio Bustamante decidieron colocar a Gómez Pedraza en la Presidencia para concluir el periodo que debió cubrir originalmente hasta marzo de 1833. Después de esa fecha, ocupó el Ministerio de Relaciones en posteriores gobiernos de Bustamante (1839) y de Santa Anna (1841).

MELCHOR MUZQUIZ

 
José Ventura Melchor Ciriaco de Eca y Múzquiz de Arrieta (5 de enero de 1790 - 14 de diciembre de 1844) fue un militar y político mexicano que se desempeñó como Presidente de México en 1832 y fue el primer Gobernador del Estado de México. Fue el primer mandatario que cobró impuestos por puertas y ventanas.

Nació en la villa de Santa Rosa (hoy Ciudad Múzquiz), actual estado de Coahuila, el 5 de enero de 1790. Fue hijo del teniente Blas María de Eca y Múzquiz y de su señora esposa Juana Francisca de Arrieta, ambos de origen vasco. Se le bautizó en la Iglesia Parroquial, situada en el lugar en que nació, el 14 de abril de ese mismo año.

Cuando Múzquiz era un estudiante, la guerra de independencia estalló y a principios de 1811 dejó sus estudios en el Colegio de San Ildefonso para unirse a las tropas del insurgente Ignacio López Rayón en Zinacantepec. Ascendido a coronel, combatió bajo las órdenes del general Guadalupe Victoria. Consumada la independencia, Múzquiz fue gobernador del Estado de México en 1824, comandante militar de Puebla en 1829 y luego general de división. toma la presidencia el 2 de marzo de 1824.

Al asumir don Melchor el cargo de presidente interino, estaba supliendo a Anastasio Bustamante, quien había salido a combatir a Santa Anna, pues este último se había pronunciado a través del Plan de Veracruz. Múzquiz tenía el aprecio de todo el mundo debido a su honradez. Además se reconocía por ser sencillo y humilde en el trato con los demás.

Don Melchor fue un hombre que aborrecía profundamente la corrupción y el robo de los caudales públicos y exageraba tanto su previsiones, que le gustaba concentrar el producto de los impuestos en una habitación que hubo de asegurar para que no se derrumbara por el peso de las monedas; no gastaba absolutamente nada, ni un solo peso, para entregar siempre cuentas perfectas, sin asomo del menor desfalco atribuible a él. Para incrementar las rentas nacionales y atesorarlas, Múzquiz fue el primer presidente que cobró impuestos por puertas y ventanas, no escapando de esa medida los conventos y las casas de asistencia.

Su gabinete presidencial fue conformado por Francisco Fagoaga en el Ministerio de Relaciones Interiores y Exteriores, Juan Ignacio Godoy en Justicia y Negocios Eclesiásticos, Ignacio Alas en Hacienda, e Ignacio Iberri en Guerra. Tanto cuidado en la administración fue inútil. Don Melchor se metió mucho en su papel de presidente, lo tomó tan en serio que comenzó a ser aconsejado secretamente, según se dice, por Lucas Alamán.

Anastasio Bustamante lo desairó al negociar con Santa Anna la paz sin tomarlo en cuenta, dejándolo en ridículo. Ofendido, Múzquiz presentó su renuncia ante el Congreso, pero no fue aceptada; le pidieron que siguiera gobernando. Santa Anna, Bustamante y Manuel Gómez Pedraza se habían puesto de acuerdo —con la firma de los Convenios de Zavaleta— para que el tercero fuera el nuevo presidente. Cuando don Melchor se enteró ya no era presidente, y simplemente salió del Palacio Nacional y se marchó a su casa.

Ante toda esta situación, don Melchor mantuvo su dignidad. Días después, cuando Gómez Pedraza era presidente, Múzquiz se presentó en el Palacio Nacional y amonestó públicamente a Gómez Pedraza por la forma en que se introdujo al país y por usurpar la presidencia que legalmente no le correspondía. En represalia, Gómez Pedraza dio de baja del ejército a Múzquiz.

Sin embargo, el patriotismo de don Melchor fue reconocido. Primero se le rehabilitaron su grado de general de división y luego, cuando en 1836 se instituyó el Supremo Poder Conservador, fue electo presidente de ese organismo.

El general Múzquiz vivió siempre de su sueldo de general,aunque no se le pagaran los haberes. Tras abandonar el poder, alguna vez se encontró en la calle con el general Santa Anna, quien lo reprendió públicamente por el mal estado en que se encontraba su uniforme, indigno de un general de división que, además, había sido mandatario de la República. Múzquiz respondió que no tenía dinero para mandarlo a arreglar.

Falleció el 14 de diciembre de 1844 en la Ciudad de México, en la más completa pobreza ya que fue un hombre muy honesto hasta el final de sus días. Fue sepultado en el desaparecido panteón del hospital de San Andrés.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Hallan pieza de Huehuetéotl en Pirámide del Sol

Las piezas se encontraron al interior de una fosa que probablemente data de finales del siglo V o inicios del VI de nuestra era
 

Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrieron en la cúspide de la Pirámide del Sol, a 66 metros de altura, la escultura de Huehuetéotl, dios viejo o del fuego, la más grande hallada hasta ahora en Teotihuacan, además de dos estelas completas de piedra verde y el fragmento de otra, que debieron decorar hace mil 500 años el templo que existió en la parte más alta de esa edificación.

Las piezas se encontraron al interior de una fosa que probablemente data de finales del siglo V o inicios del VI de nuestra era, informó ayer el INAH en un comunicado.

El templo fue destruido por los propios teotihuacanos en ese periodo, pero algunos elementos arquitectónicos, como las estelas descubiertas, se dejaron en el lugar, pues su interés era otro.

Según el arqueólogo Alejandro Sarabia, quien junto con Saburo Sugiyama, de la Universidad Provincial de Aichi, desarrolla desde 2005 el Proyecto Pirámide del Sol, la fosa fue excavada en tiempos prehispánicos para recuperar la ofrenda principal de la construcción, en un acto de desacralización y repartir su contenido en otros edificios públicos de la antigua ciudad.

Al paso del tiempo, las piezas arquitectónicas que habían quedado in situ cayeron dentro de la oquedad y ahí permanecieron durante siglos. Las recientes exploraciones en la cima de la Pirámide del Sol, las primeras en realizarse en ese sitio, representaron una oportunidad única al dejar expuestos elementos inéditos de lo que fue su templo, además de que estos recientes hallazgos, aunados al de un brasero y varios símbolos escultóricos de la ceremonia sagrada del Fuego Nuevo descubiertos sobre la plataforma adosada en 1906, podría indicar que la Pirámide del Sol fue escenario de cultos de carácter ígneo (dedicados al fuego) y de finales de ciclos calendáricos.

Para la arqueóloga Nelly Núñez, también investigadora del proyecto y responsable de las excavaciones, los hallazgos destacan por su gran formato: la escultura de Huehuetéotl (que se halló completa en su 75%) tiene 58 cm de altura y pesa casi 190 kilos.

Esta representación conserva, en un caso inédito, parte de la pigmentación original sobre los diseños geométricos en bajorrelieve. Sus brazos aparecen entrecruzados, las arrugas del rostro son poco profundas, la decoración de su brasero es atípica, porta un antifaz, además de moños, tanto en la cabeza como en el cuello.